lunes, 8 de diciembre de 2008

¿Qué es la Vejez y su Comportamiento?


¿QUE ES LA VEJEZ?
Comprender que es la vejez no es algo tan sencillo, siendo que existen diversas formas de verla, por lo tanto se considera importante revisar primero los tipos de edades que pueden existir en el ser humano, ya que a través de estas se podrá tener un primer acercamiento.

Se hace la aclaración de que si se revisan los tipos de edades que existen, es por el hecho de que la vejez generalmente se asocia con una edad mayor aunque esto sea solo relativo, siendo que entran más factores para determinar la vejez.

Se encontró que existen tres tipos de edades en el ser humano las cuales son:Edad biológica: "Por edad de un individuo podemos entender la posición presente y expectativas respecto a su duración potencial en años de vida... debe ser acompañada de elementos que midan la capacidad funcional de los sistemas vitales cuya situación limita o prolonga el ciclo vital." Es lógico entender que este tipo de edad es al que comúnmente le llamamos edad, con la única diferencia de que aquí no es cuantos llevas, sino cuantos te quedan, en términos de vida biológica.

Edad psicológica: "... la edad psicológica que aquí se define, se relaciona con la capacidad de adaptabilidad que un sujeto manifiesta ante los distintos eventos que la vida puede depararle." por lo que es algo similar a lo que se llama "madurez" en el lenguaje cotidiano, y de hecho esta capacidad se logra a través de los años con la experiencia que se va acumulando, así mismo esta " ... se relaciona con la capacidad que el sujeto manifiesta para adaptarse a los distintos cambios estructurales, los históricos por ejemplo, que una sociedad puede plantear al sujeto.", siendo que en la vida de una persona se suscitan muchos cambios a nivel social, partiendo del hecho de que de una generación a otra se viven situaciones drásticamente diferentes y más en el presente que, con el agigantado avance de la ciencia y la tecnología, los estilos de vida cambian frecuentemente.

Edad social: "Se refiere a los roles y hábitos sociales que el sujeto es capaz de asumir en relación con el término medio de su contexto con los que desempeñan otros miembros del grupo social y los que pudiera asumir de estos en un momento dado.

" Esta última se puede entender con mayor claridad a través de la sociología, en donde lo fundamental consiste en el tipo de roles que ocupan las personas en una estructura social, por lo tanto esta edad es definida por el rol que un sujeto ocupa en la sociedad, dentro del cual se involucra dentro de las actividades del sujeto y su poder correspondiente.

Después de revisar los tipos de edades, entonces podremos afirmar que la vejez llegaría en diferentes años en el sujeto, según sea el tipo de edad al que se refiera, por lo que se llega a la conclusión de que la edad no es exactamente un indicador de vejez, aún así se considera necesario establecer lo que es la vejez ya que se han establecido varias definiciones sobre lo que es la vejez según las distintas disciplinas y enfoques teóricos, las cuales varían en su contenido permitiendo alcanzar un panorama más amplio sobre lo que es la vejez.

Las definiciones formuladas por la biología y las ciencias de la salud tienen por común denominador el progresivo deterioro del organismo ocasionado por el proceso de envejecimiento, tanto estructural como funcional. “es fácil percatarse de que estas ciencias se basan en la edad biológica y en su afán de encontrar la objetividad pierden de vista el lado humano, porque a pesar de trabajar con personas limitan al anciano exclusivamente a sus funciones y estructuras orgánicas; por supuesto que estas se van deteriorando, pero no por esto se vuelven inválidos o dejan de ser personas.
La definición genérica de la vejez según las ciencias sociales podría ser la siguiente: la vejez es la edad de la jubilación como consecuencia del declive biológico acarreado por el proceso de envejecimiento."Esta definición al igual que la primera se basa en el declive físico a pesar de que su enfoque debería ser más humano o social siendo que liga el declive biológico con la jubilación (Aunque esto no sea del todo cierto, siendo que hoy en día se jubila a la gente cada vez más joven).

También tenemos que "Desde el punto de vista cronológico una definición general de la vejez podría formularse así: la vejez es un estado de una persona de edad avanzada." Esta definición es la más simple pero al menos no expone a la vejez como un problema irresoluble, se enfoca únicamente al tiempo que vive una persona, por lo tanto se considera despatologizante.

De una combinación surge esta definición, “... resultado de una síntesis entre conocimiento científico y el conocimiento experimental, la vejez puede definirse como una situación existencial en crisis, resultado de un conflicto íntimo experimentado por el individuo entre su aspiración natural al crecimiento y la decadencia biológica y social consecutiva al avance de los años.

"Esta definición expresa con certeza que en la vejez se presenta una crisis, la cual es algo natural debido a una gama de cambios sociales y biológicos, ya que al igual que en la adolescencia, estos cambios producen un impacto muy fuerte que puede producir emociones de desesperación y angustia. Pero por otro lado, esta definición a pesar de tomar en cuenta ese aspecto, habla de la vejez equitativa a una decadencia, considerándola patologizadora y nuevamente deja sentir esa sensación de inservible, gastado e inútil.

Por último “... puede sugerirse esta definición global que se desprende de la gerontología en su estado actual: la vejez es el estado de una persona que, por razón de su crecimiento en edad sufre una decadencia biológica de su organismo y un receso de su participación social.

" Para concluir el tema se hace mención de que este conjunto de definiciones solo describen un conjunto de características que se pueden ver en la vejez, una sola definición no es completa, ya que el anciano como cualquier sujeto no puede ser definido en su totalidad por un sólo enfoque o disciplina, ya que en él se involucran tres áreas principales: la psicológica, la biológica y la social.


¿Qué es el comportamiento?
El comportamiento se refiere a acciones de las personas, un objeto u organismo, usualmente en relación con su entorno o mundo de estímulos. El comportamiento puede ser consciente o inconsciente, público u oculto, voluntario o involuntario, según las circunstancias que lo afecten.

Sicología del Adulto Mayor


Hablar de la psicología del adulto mayor no es sencillo, porque los adultos mayores sin problemas no llegan a la consulta, las personas felices no tienen historia y no necesitan ayuda para llegar a la madurez.
Esta etapa no llega de improviso, la antecede la pre senectud, y como todo proceso tiene altibajos, ansias y temores, que pueden ser continuaciones de las etapas anteriores o ser matices nuevos por los reajustes de esta misma etapa, y hay quienes demuestran que es una adultez en plenitud.

Hay procesos superficiales de comportamiento y otros vuelven a incidir como eco de lo que se denomina fondo de la personalidad:

- Adaptación al medio, a la vejez: el niño y el adulto joven buscan una adaptación al medio, no la adaptación a ser niño o ser adulto joven, porque están en fase de crecimiento; en el caso del adulto mayor, la alternativa es de morir prematuramente o envejecer... lo que supone doble esfuerzo: adaptarse al medio más hostil y con menor número de posibilidades para sus capacidades personales y vitales; y, un esfuerzo para adaptarse a la vejez como situación estable, con el cambio o desaparición del sentido de la vida propia.

- Cambios en la relación con los objetos anteriores: no se entiende por objeto lo inanimado, también a las personas; la persona que llega a este nivel de madurez tiene que aceptar las realidades deficitarias: disminución de la memoria reciente y aumento de la memoria de evocación o nostalgia; reducción de la curiosidad intelectual, fatiga en el trabajo, disminución sensorial, motriz; todo esto perturba la vida habitual, y ahora tiene que crear una nueva comunicación y valoración para adaptarse a la nueva realidad; ha de dar a los objetos otro valor, otra dimensión; ha de buscar la gratificación o salida a sus tensiones o encontrar otras formas o renunciar a ello.
Sus reacciones y conductas pueden ser variadas, pueden regresar a épocas anteriores (infantilismo) o superar lastres y lograr un nuevo equilibrio de fuerzas contrapuestas, cambió el compás... el baile también. Esto es claro en los cambios de carácter, de conducta, en las necesidades de dominio y auto-afirmación.

En la etapa anterior daba plenitud a sus necesidades afectivas, emocionales e instintivas; en la nueva etapa, las necesidades cambiaron y no le es posible hacer un mundo adecuado a sus necesidades... y como los instintos y apetito siguen vivos, sólo le queda buscar o elegir nuevas reacciones a nivel profundo, ya sea limitando sus posibilidades o regresando a épocas infantiles.

- Rasgos psicológicos: se manifiestan rasgos que habían estado ocultos tras los mecanismos de una actividad creadora o de defensa, en ambos sexos, y la personalidad se vuelve frágil, vulnerable por los agentes físicos y por el medio social; las resistencias son menos enérgicas y los sentimientos pueden centrarse en el temor.
El esfuerzo del organismo es mayor para mantener el equilibrio, además internamente se puede sentir angustia de no ser capaz de realizar los esfuerzos impuestos por la vida, de no poder soportarlos de no recuperar el equilibrio; en consecuencia, los rasgos de conducta y carácter pueden manifestarse negativamente.

Algunas Manifestaciones Negativas


- Aislamiento: se adopta actitud de ausencia con todo lo que sucede alrededor, solamente se adentra en la situación cuando algo afecta a sus intereses personales.

- Apegamiento a sus bienes: conserva todo, en la postura permanente de retener, ese comportamiento en el fondo es una regresión a etapas infantiles, entrando así los mecanismos emotivos de la autoridad, poder, dominio, sentir que se es; es tratar de mantener la propia identidad; una explicación de por qué algunos padres no son capaces de compartir con sus hijos aún cuando sea conveniente. La fuerza del deseo de poseer es más fuerte que la lógica.

- Refugio en el pasado: al disminuir el proceso fisiológico y ser menor la memoria de fijación y aumentar la de evocación, la vida se llena de recuerdos; es forma de revalorizar el pasado en el presente, el protagonista se siente joven al revisar hechos que le permiten acaparar la atención de los demás.

- Reducción de sus intereses: la vida le enseñó a ser realista y esto unido a la dificultad de asumir la complejidad de las nuevas opciones posibles, hacen que se limite el mundo al ámbito de lo que puede controlar; al tiempo que disminuye la capacidad de agresión, conserva los intereses que puede manejar y que suponen una fuente de satisfacción.

- Negarse al cambio: Al enfrentarse con los esfuerzos de adaptación, aparece un temor consciente de rechazo al cambio y traslado a una nueva situación, lo que lleva a una depresión profunda porque los mecanismos de defensa para sobreponerse son limitados, a la vez que así limita aún más.

- Agresividad y hostilidad: Cuando se presenta la necesidad de reacomodar a las personas y cosas, aparece como recurso y puede ser la única posibilidad de refugio para mantener intocable y estable el “yo”.
Esto se complica porque:

- Miedo: como emoción es algo que se impone al adulto mayor, sin necesidad de planteamientos racionales que den explicación lógica a lo que siente, miedo a todo lo que pueda dañar la integridad física, tras años de lucha profesional para conseguir una estabilidad económica. Esto explica la previsión, ahorra cuanto puede, para protegerse a sí mismo o a su descendencia; además desea conservar el prestigio.

El adulto mayor teme que le quede poco tiempo: debe crear, debe proyectar realidades, ha de trascender y dejar huella; suele aparecer el temor al daño físico, como hipocondría que le hace estar atento a cualquier trastorno, teme excederse y no resistir un ritmo fatigante y reaparecen los temores adolescentes de hacer el ridículo, se afecta en su narcisismo.

El daño emotivo que se acerca le agobia y su reacción resulta dramática, no-menos real. La previsión en este terreno, sólo puede lograrse si otros contenidos más hondos le han dado plenitud y conciencia del propio valor.

- Cólera: emoción básica, poco estudiada y muy mal tratada, adentra sus raíces en el conjunto de las emociones que la filosofía tradicional ha denominado virtudes o pulsiones irascibles que se vinculan a la agresividad.

En el adulto mayor la cólera aparece cuando el mundo “lógico y ordenado”, que se ha construido tras años de lucha, se ve alterado por “algo” que no encaja; cólera difícil de controlar porque nace en capas hondas del ser humano. Lo que la desata es aquello que le resulta ilógico, inesperado y carente de sentido, no es el dato objetivo lo que le molesta, sino el torbellino emotivo que remueve tal dato. La emotividad queda como desamparada, con peligro de desencadenar –otra vez- la agresión física o la verbal, porque son los modos aprendidos.


- Ternura: es la emoción más compleja y en la edad adulta de hace práctica, identificando lo práctico con lo pragmático, lo rentable, que da beneficio o reporta una ventaja sin ser “interesada”, es más sosegada, agridulce, como dar sin apenas esperar, lo que no le quita emotividad.

Aparece un amor incondicional, que sabe dar, quiere dar, que sabe renunciar sin angustia ni ira, éste es el carácter práctico; no es ternura sensualizada y erotizada, sino una ternura madura y coherente, precedida por el principio de la realidad y no por el del placer y del interés. No es puro egoísmo, tampoco altruismo total; no pocas veces buscará ser atendido, escuchado, comprendido y en otras demostrará que sabe atender, escuchar y comprender; resulta que está buscando, sin saber, un modo “práctico” de llenar su necesidad de ternura.

La ternura está implicada con el miedo, el adulto mayor ama y es tierno, aunque teme dominar y desea conquistar con la misma ternura. Puede canalizar su afecto hacia quienes le aseguren corresponder a su ternura.

Es cierto que la madurez proporciona estabilidad, como también aparecen tensiones al buscar una nueva forma de vida y que tienen raíces profundas con tres manifestaciones psicológicas: tensión por frustración, agresividad compensatoria y adaptación progresiva.

La tensión por frustración se refiere a que todo ser humano está en crecimiento continuo y cualquier interrupción en este proceso lleva a una tensión, o un desajuste; esta interrupción puede ser por la presencia de un obstáculo físico, psíquico o social, o puede ser un conflicto derivado de la presencia de varios deseos de incentivos que no se alcanzan al mismo tiempo; esa tensión lleva a la frustración por no conseguir lo buscado.

La presencia de obstáculos obliga a buscar caminos de superación: el transitorio uso de mecanismos como defensas inconscientes, la aceptación más o menos soportada o el más sano, el de la adaptación equilibrada y eficaz.

Comportamientos



Conducta perseverante y repeticiones - "Afecta a la capacidad de las personas para recordar algún suceso."


Alucinaciones, suspicacias e ideas delirantes - "Las personas que sufren alucinaciones ven u oyen cosas que para los demás no existen, pero que para ellos forman parte de una realidad."


Enfado y agresividad - "Se incluyen todas aquellas conductas que manifiesten enojo o agresividad por parte de la persona que recibe los cuidados."


Comportamientos sexuales inapropiados - "Los efectos del deterioro cognitivo sobre la vida sexual y la desinhibición del comportamiento sexual."


Problemas del sueño - "En el envejecimiento normal es frecuente que se produzcan cambios en los patrones de sueño."


De ambulación - "Padecen algún tipo de demencia y pueden cambiar durante un tiempo extenso aparentemente sin motivo alguno."

Enfermedades en los Ancianos

Hipertensión Arterial

Es una condición médica caracterizada por un incremento de las cifras de presión arterial por encima de 140/90 mmHg y considerada una de los problemas de salud pública en países desarrollados afectando a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. Para el registro y diagnóstico de una hipertensión arterial, se tiene por costumbre hacer lectura de las cifras tensiónales en dos visitas médicas o más. Aquellos individuos con una tensión arterial entre 130/80 y 139/89 tienen un riesgo duplicado de desarrollar hipertensión arterial que los individuos con valores menores.[1] La hipertensión es una enfermedad asintomática y fácil de detectar, sin embargo, cursa con complicaciones graves y letales si no se trata a tiempo.



La hipertensión arterial, de manera silente, produce cambios hemodinámicas, macro y micro vasculares, causados a su vez por disfunción del mismo endotelio vascular y el remodelado de la pared de las arteriolas de resistencia, responsables de mantener el tono vascular periférico. Estos cambios, que anteceden en el tiempo a la elevación de la presión, producen lesiones orgánicas específicas, algunas de ellas definidas clínicamente

La HTA como factor de riesgo en el anciano
Sabemos que la HTA constituye un factor de riesgo, el más importante en el anciano, para la prevalencia de accidentes cerebro vasculares y cardiovasculares y que factores como hiperlipidemias, obesidad, sedentarismo, consumo de alcohol y hábito de fumar no contribuyen en el mismo grado a la presentación de estas complicaciones.6
En la actualidad se despejan incógnitas sobre la «benignidad» de la HTA sistólica aislada que acompaña al anciano y se desechan las ideas confusas de su pobre capacidad patogénica pues existen elementos que sustentan que la misma es un marcador de daño de órgano diana, la relacionan con la aparición de hipertrofia ventricular izquierda que predispone a la isquemia miocárdica y con micro proteinuria como expresión de daño de corazón y riñón, respectivamente.7


Consideraciones fisiopatologías de la HTA en el anciano



Los efectos del envejecimiento y de la HTA están interrelacionados y tienden a potenciarse uno a otro, ambos procesos aumentan la rigidez de las grandes arterias por un mecanismo multifactorial y ambos se acompañan de proliferación de las células endoteliales, formación de placas y lesiones aterotrombóticas, éstas aparecen con mayor frecuencia en puntos concretos del árbol arterial, probablemente en relación con las turbulencias y la presión originada en las curvaturas y bifurcaciones del sistema. Estos fenómenos pueden verse potenciados por la exageración de las ondas de presión y flujo inducidos por la rigidez arterial. La amplitud de las variaciones de la presión en el hipertenso anciano, especialmente en la HTA sistólica aislada (HTASA), constituye un importante factor pronóstico de las principales complicaciones cardiovasculares.



Se ha intentado establecer una diferenciación entre las secuelas de la HTA propiamente y las asociadas con la aterosclerosis como consecuencia indirecta e inespecífica de la HTA. No obstante, una distinción de este tipo resulta artificial. Por ejemplo, la insuficiencia coronaria y su síntoma principal, la angina de pecho, no son atribuibles exclusivamente a las lesiones aterotrombóticas sino también a la hipertrofia ventricular izquierda (HVI) inducida por la HTA y su repercusión final sobre la reserva del flujo coronario.8 Todo esto no es una mera cuestión semántica, sino que refleja un cambio fundamental en la actitud terapéutica ante la HTA, sobre todo en el anciano.



La mayoría de los cambios fisiopatológicos en el control circulatorio del anciano hipertenso derivan de las alteraciones estructurales del sistema cardiovascular como consecuencia del aumento en la rigidez de la pared, el área baro receptora sino aórtica y los sensores situados en la periferia, tienden a perder su sensibilidad frente a los cambios de presión intravascular.
Esto dificulta el correcto funcionamiento del sistema nervioso autonómico y el sistema renina-angiotensina (SRA) lo que origina como resultado de la disfunción de estos mecanismos de retroalimentación, el desequilibrio de la PA como por ejemplo ante la influencia de la fuerza de gravedad (hipotensión ortos tatica) o la pérdida de volumen.

Tratamiento del anciano hipertenso: Riesgos y beneficios



Cualquier intento de tratar a un anciano hipertenso debe contemplarse como un ejercicio fisiopatológico. Durante mucho tiempo se puso en duda si el tratamiento antihipertensivo podía mejorar el pronóstico de la HTA en el anciano y muchos médicos eran poco propensos incluso a intentar reducir la presión arterial. La publicación de ensayos clínicos controlados y aleatorizados parece haber resuelto por fin el dilema.



Los estudios recientes 15-17 en hipertensos de más de 60 años, diseñados expresamente para valorar el tratamiento en los ancianos y algunos a la HTASA en los cuales se eligió un diurético tiazídico como tratamiento farmacológico de primera línea comparado con placebo indican resultados francamente beneficiosos con una reducción evidente de morbilidad y mortalidad de causa cardiovascular y cerebro vascular que muestra una disminución significativa de 36 % en la incidencia de Stroke, tanto fatal como no fatal, y de 27 % para el infarto del miocardio fatal y no fatal y de 54 % para la insuficiencia ventricular izquierda en los tratados. Estos beneficios abarcan a todos los pacientes mayores de 60 años independientemente del sexo, raza y subgrupos de presión arterial, en general se señala una buena tolerancia al medicamento.



A pesar de las reservas que pueden tenerse de un ensayo clínico en concreto el estudio SHEP 17 abre un nuevo camino en el horizonte del tratamiento terapéutico, del anciano hipertenso enseñando que la HTASA reúne las condiciones para intentar un tratamiento hipotensor.
Es necesario contrapesar los efectos beneficiosos del tratamiento hipotensor con sus efectos adversos, que hasta ahora son poco conocidos y que más bien están restringidos a los diuréticos; se considera que aún las manifestaciones subjetivas dependientes de las drogas no son en absoluto despreciables, aunque parecen disminuir conforme se prolonga el tratamiento.18

Tratamiento. Aspectos prácticos

Se debe insistir en el tratamiento no farmacológico (pérdida de peso, ejercicios moderados, restricción de sal, eliminación de alcohol y tabaco) como coadyuvante que potencializa la acción de las drogas antihipertensivas y quizás puede constituir el único tratamiento de pacientes con HTASA con cifras de PAS entre 140 y 160 mmHg. La idea estereotipada del anciano como una persona empeñada en sus costumbres e incapaz de modificar sus hábitos de vida debe ir desapareciendo mediante el consejo de forma conceptual e individualizada.



El objetivo inicial, una vez que se ha recurrido al tratamiento farmacológico, es reducir la PA a menos de 160 mmHg para aquéllos con PAS superior a 180 mmHg y bajar la PA en 20 mmHg para aquéllos con PAS entre 160 y 179 mmHg. Algunos autores19 prefieren mantener una PA menor de 140/90 mmHg (135/85 mmHg) en bipedestación, aunque generalmente esta PA se obtiene en posición sentada.



El tratamiento debe iniciarse de forma cautelosa pues los ancianos son más sensibles a la depleción de volumen y a la inhibición simpática que los jóvenes, además sus reflejos cardiovasculares están atenuados, esto los hace más susceptibles a la hipotensión por lo cual siempre la PA debe ser medida en la posición de pie, sentado y acostado. Se debe comenzar con bajas dosis en comparación a las habituales e incrementar paulatinamente espaciando los intervalos al mayor tiempo posible.



Las drogas que producen hipotensión ortos tatica (guanetidina,guanadril, bloqueadores alfa y labelotol) deben ser reservadas para formas más severas de HTA y ser utilizadas con precaución.
En lo que respecta a la elección del fármaco más adecuado, en general, podemos decir que todas las clases de drogas antihipertensivas han demostrado ser efectivas en descender la PA en ancianos pero las de reconocida eficacia con reducción de la morbilidad y la mortalidad cardiovascular en ensayos prospectivos son los diuréticos y beta bloqueadores. Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (I-ECA) y anticálcicos presentan ventajas en cuanto a su mecanismo de acción y tolerancia que la convierten en una opción atractiva para el tratamiento de ancianos hipertensos. A pesar de todo lo que se ha escrito sobre el tema, ningún grupo farmacológico resulta superior a los demás cuando se trata de elegir el fármaco más apropiado, por cuanto la elección debe basarse en las condiciones clínicas de cada paciente en concreto, hay que ajustar cuidadosamente l a dosis y retirar el fármaco en caso de ineficacia o toxicidad.20



Parece legítimo considerar el descenso de la morbilidad cardiovascular y cerebro vascular y, por tanto, de la incapacidad y la dependencia como un éxito social y humano, mayor incluso que una «simple» disminución de la mortalidad. Investigaciones futuras deberán abordar la valoración de su repercusión sobre la calidad de vida de los pacientes y corresponde al médico realizar un cuidadoso análisis de cada sujeto para prevenir las complicaciones incapacitantes G de la HTA no tratadas.

viernes, 5 de diciembre de 2008

bronquitis Crónica y Efisema

Bronquitis crónica: término clínico, consistente en la presencia de tos y expectoración durante al menos 3 meses al año, durante un mínimo de 2 años consecutivos, una vez excluidos otros procesos respiratorios, que cursen con aumento de secreción mucosa crónica.

Bronquitis crónica simple: cuando no se acompaña de obstrucción de la vía aérea.

Enfisema: término anatomopatológico, consistente en la dilatación y destrucción, permanente e irreversible de los espacios aéreos distales al bronquio terminal, excluida la presencia de fibrosis.Enfermedad de la pequeña vía aérea.


¿Cómo se trata y se previene?
Las medidas preventivas principales son el abandono del tabaquismo, el control de la polución ambiental, la vacunación anual en otoño de la gripe y la vacunación antineumocócica.
Sepa usted que las dos únicas medidas que han demostrado prolongar la supervivencia, son el abandono del tabaco y el tratamiento de la insuficiencia respiratoria crónica con oxigenoterapia domiciliaria, un mínimo de 16-18 horas al día, incluyendo el periodo de sueño

Otro aspecto fundamental es establecer medidas generales, como son:

Nutrición a base de comidas pequeñas y frecuentes, con una distribución de 15% de proteínas, grasas un 40%, y el resto en forma de hidratos de carbono
Pérdida de peso en obesos
Rehabilitación pulmonar para movilizar las secreciones e incrementar la eficacia de la respiración
Evitar medicaciones peligrosas o inefectivas, como sedantes, nifedipino
Adecuada hidratación
Uso de mucolíticos y expectorantes en las reagudizaciones
Ejercicio físico acomodado a la situación funcional del anciano, preferiblemente la libre de ambulación
Tratamiento de las complicaciones psicosociales como son la falta de autonomía y la depresión-ansiedad a través de una valoración social y psicológica.

Por último señalar, que su médico de familia o el especialista, realizará la introducción de forma escalonada del tratamiento sintomático con bronco dilatadores y corticoesteroides, en función del grado de afectación clínica y/o funcional del anciano. Así como le instruirá sobre las técnicas de los inhaladores, con preferencia de los inhaladores con cámara y los que dispensan el fármaco a medida que se respira.

Otras medidas terapéuticas, serán valoradas por su médico a medida que vayan apareciendo, las distintas complicaciones como infecciones, cor pulmonale, etc.

Hipertiroidismo e Hipotiroidismo

El anciano hipertiroideo puede presentar un cuadro clínico similar al descrito si bien algunos de los síntomas antes descritos se presentan con menos frecuencia o son raros.

Hay casos, por tanto con formas escasamente sintomáticas de enfermedad. En otras ocasiones la sintomatología del anciano tiene matices como la presencia de alteraciones cognitivas o mentales que puedan simular un cuadro demenciante o una depresión; presencia de estreñimiento o pérdida de apetito en lugar de estar aumentado.

Descompensaciones de enfermedades cardiovasculares como insuficiencia cardiaca o angina de pecho y la producción de arritmias como la fibrilación auricular pueden ser la expresión en el anciano de la enfermedad. Esto es debido a la especial sensibilidad del sistema cardiovascular al efecto de la hormona tiroidea en la edad avanzada. Es bien conocido dentro de la actividad clínica, la búsqueda de esta alteración en pacientes con una fibrilación auricular de reciente aparición sin una causa obvia para la misma.
En otras ocasiones es el estudio de una pérdida de peso inexplicable junto con debilidad, quien en ausencia de otra sintomatología puede llevar al diagnóstico.
En los años treinta, ya fue descrita una forma atípica de hipertiroidismo que es frecuente en el anciano, muy diferente de la forma clásica.. Se ha venido llamando hipertiroidismo apático y lleva al extremo estas diferencias descritas. Es una forma exagerada de enfermedad donde predomina el enlentecimiento del paciente, combinando la presencia de:

Apatía, letárgica, lentitud mental en un cuadro semejante a una depresión.
Debilidad, fragilidad.
Pérdida de peso,
pérdida de apetito
Síntomas cardiovasculares

¿Cómo se trata?
Los tratamientos disponibles para el hipertiroidismo se resumen en el uso de diferentes fármacos antitiroideos en el control inicial de la enfermedad, y el uso de yodo radiactivo que al ser captado por el tiroides reduce su capacidad funcional.
El uso de la cirugía con la extirpación parcial del tiroides es más infrecuente en el anciano que en el joven. Se suele reservar para situaciones donde existe un compromiso local causado por el tiroides

Hipotiroidismo

En el Hipotiroidismo en el anciano estos síntomas típicos en ocasiones faltan. Según diferentes estudios, estos hallazgos clásicos aparecen entre un 25% y un 70% de los ancianos hipotiroideos.
Otras veces datos tan inespecíficos como el estreñimiento, sordera, apatía, depresión o bradipsiquia son atribuidos de nuevo, a un falso concepto de envejecimiento. De hecho se conoce que sólo en un 10% de los casos se llega al diagnóstico a través de criterios clínicos.
Hay ciertas situaciones que podemos encontrar en el anciano como son entre otras la hipotermia, descompensaciones cardiacas, acúmulo de líquido ascítico, pericárdico o pleurítico o algunas alteraciones analíticas: hiponatremia, elevación de las cifras de colesterol, elevación de la CPK o anemia. Pueden ponernos en la pista de un hipotiroidismo en la ausencia de otras causas o sintomatología acompañante.
Merece mención aparte la presencia de alteraciones neuropsiquiátricas en el hipotiroidismo como es la bradipsiquia, depresión, perdida de memoria o deterioro cognitivo. El hipotiroidismo puede ser la causa de una demencia tratable debiendo ser descartado en la evaluación de una demencia en el anciano.
La lenta instauración de los síntomas a lo largo de años junto con esta atenuación del cuadro clínico obliga a tener una especial vigilancia para detectar el proceso, solicitando los análisis oportunos ante la menor sospecha de su presencia.
Cómo se trata?El tratamiento del hipotiroidismo se basa principalmente en la administración exógena de hormona tiroidea. En el anciano, ante la presencia en ocasiones de enfermedad cardiaca subyacente o desconocida hasta ese momento en el paciente, se debe tener especial precaución en el inicio y aumento de dosificación por la posibilidad de su descompensación

Insuficiencia Renal

La Insuficiencia Renal es la incapacidad que tiene el sistema renal para cumplir sus funciones. Así en la Insuficiencia Renal Aguda, se verá afectada principalmente la regulación de los líquidos y los iones o sales, y en la Insuficiencia Renal Crónica se comprometerán todas las funciones del riñón. Estas son, además de regular el volumen corporal y las sales, el producir algunas hormonas y el servir para completar procesos metabólicos. La primera será una interrupción brusca de la función renal, pero a pesar de ser grave, es potencialmente reversible. La segunda, es de instalación lenta y progresiva, pero irreversible. Ambas pueden presentarse en el anciano, pero nos concentraremos en la Insuficiencia Renal Crónica, pues es la más frecuente.

Insuficiencia Renal Crónica

Es la disminución de la función renal global, habitualmente irreversible y espontáneamente progresiva, independientemente de la etiología inicial, de curso lento (meses o años).
Se expresa clínicamente en forma tardía por el síndrome urémico y la necesidad de reemplazar su función para conservar la vida. Si bien es cierto que generalmente la instalación y la progresión son lentas, el paciente puede quedar con la función renal disminuida después de un episodio agudo que afecte a los riñones (pielonefritis, glomérulo nefritis, necrosis tubular aguda, uso de sustancias nefrotóxicas, etc).

La Depresión

El concepto de depresión no es extraño por su difusión fuera de la práctica médica. Sin embargo es necesario puntualizar que los síntomas depresivos pueden formar una variada constelación de manifestaciones que incluyen síntomas psíquicos y corporales.


Entre los primeros se encuentran síntomas afectivos consistentes en una alteración del humor entendido como alteración del estado de ánimo. Es el ánimo depresivo o tristeza vital. Otros síntomas de esta esfera afectan a la pérdida de interés por las cosas así como a la capacidad para disfrutar. Constituyen el núcleo central de la depresión y se acompañan de una disminución de la vitalidad con alteración de la actividad laboral y social del individuo. En esta esfera pueden existir otros síntomas como ideas de culpa, autor reproches, pesimismo, desesperanza, dificultad para concentrarse, ideas de suicidio...


Sin embargo en la depresión existen síntomas corporales o somáticos siendo los más frecuentes las alteraciones del sueño con insomnio y menos veces hipersomnia; pérdida de peso con falta de apetito; cansancio o falta de energía. Pueden existir otras muchas quejas somáticas: gastrointestinales, vértigo, dolor, cefalea, etc. que en ocasiones son predominantes en la depresión del anciano.

¿Qué predispone al anciano a estar deprimido?


En la vejez concurren una serie de factores de diversa índole que pueden favorecer la aparición de este trastorno. Entre ellos se encuentran:


Pérdida de salud que acontece con la edad. En muchas ocasiones ésta pérdida de salud condiciona deterioro funcional con tendencia a la dependencia física y pérdida de autonomía.

Presencia de enfermedades crónicas, pérdidas de familiares, amigos y seres queridos en ocasiones acompañadas de reacciones de duelo patológicas.

Merma de la capacidad económica.

Pérdida de roles en el seno de la familia con la salida de los hijos y un papel menor del abuelo dentro de la misma.

Cambios con la llegada de la jubilación, que condiciona un cambio brusco en la actividad y relaciones sociales.

Factores biológicos presentes, aunque no suficientes para la depresión. Entre ellos se han implicado cambios en la estructura cerebral, neurotransmisión, sistemas hormonales. Se ha postulado que pudieran ser un factor de vulnerabilidad.

A pesar de ello el envejecimiento no es sinónimo de depresión. No se deben confundir el envejecimiento normal con la presencia de una enfermedad por más que en ocasiones estén presentes una mayor introversión, reiteración y presencia del pasado en algunos ancianos.Es decir, ni todos los ancianos están deprimidos ni los síntomas de una depresión cuando aparecen en una anciano, son "normales" para su edad.

fractura de Cadera

Las fracturas y particularmente, la fractura de cadera, es una patología de creciente importancia en las personas de edad avanzada, tanto por las consecuencias que ella implica, como por los importantes costes sociales y económicos provocados.


La fractura de cadera es la fractura de la porción más cercana al tronco del hueso fémur. Se puede romper tanto dentro, como fuera de la articulación con los huesos iliacos. Cabe señalar, que estas articulaciones soportan todo el peso del resto del organismo, por lo tanto son el apoyo imprescindible para poder caminar.


¿Por qué se producen las fracturas de cadera en las personas mayores?

Existen muchos factores que influyen para que un hueso se fracture. Podríamos separarlos en dos grandes grupos, siendo el primero la resistencia del hueso y el segundo, la energía aplicada a éste para que se rompa:


La resistencia del hueso está determinada fundamentalmente por la masa ósea, es decir la cantidad de hueso de buena calidad, que tiene que ver con la densidad mineral que éste contiene.Se estima que en la tercera década de la vida, se llega al máximo nivel de masa ósea, y de ahí en adelante se pierde paulatinamente hasta la menopausia, en el caso de las mujeres, y sobre los 70 años en los hombres, donde la pérdida es mucho más acentuada.

De tal modo que mientras mayor sea la reserva, mas resistencia tendrá el hueso al momento de recibir golpes. Lo anterior está vinculado de alguna forma con la osteoporosis, que es una enfermedad propia de adultos mayores, en la que se pierde el calcio de los huesos, haciéndolos más frágiles y más propensos a romperse.


Sin embargo, en las personas mayores, tan importante como la calidad del hueso son los golpes que se le den a éste. Por eso las caídas, son un factor esencial en el riesgo de padecer fracturas de cadera. Los ancianos se caen por muchas causas, desde las alteraciones para caminar, la visión defectuosa, la falta de equilibrio, etc. hasta los accidentes producto de barreras arquitectónicas como las escaleras sin pasamanos y sin antideslizantes, los desniveles de la acera, la falta de iluminación nocturna para concurrir al servicio higiénico, etc. Una de las principales diferencias de los ancianos respecto de los más jóvenes, es que basta una pequeña cantidad de energía para que, en el contexto de un hueso poco resistente, se produzca la fractura.

la Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad transferencial neuronal esquizogenica liberal o neurodegenerativa que se produce por la producción acelerada de axones mielinizados. Sus neuronas característicamente en la sustancia negra y en otras zonas del cerebro. La afectación de esta estructura ocasiona la aparición de los síntomas más típicos de la enfermedad. Es un trastorno propio, por lo general, de personas de edad avanzada, aunque existen formas de inicio juvenil, caracterizado por la bradicinesia (lentitud de los movimientos voluntarios), acinesia (ausencia de movimiento), rigidez muscular y temblor.

Signos y síntomas

Rigidez muscular.



Temblor que puede ser de diferentes intensidades.



Hipocinesia, (falta de movimientos).



Dificultad al andar.


Mala estabilidad.



Al comenzar a andar tienen problemas, les cuesta empezar.



Si un movimiento no se termina tiene dificultades para reiniciarlo, o para terminarlo


Cara de pez o mascara, por falta de expresión de los músculos de la cara.



Lentitud de movimientos (Bradicinesia).



Acatisia, se dice de una falta de capacidad de estar sentado sin moverse.



Boca abierta con dificultad para mantenerla cerrada.



Voz de tono bajo y monótono.



Dificultad para escribir, para comer o para movimientos finos.



Deterioro intelectual, a veces.



Estreñimiento.



Depresión, ansiedad, atrofia muscular.



Dolor testicular



Enrojecimiento de los pies



Vómito continuo



Dolor abdominal

Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad se basa, simplemente, en controlar los síntomas supliendo la alteración de los transmisores.
Existen diversos fármacos útiles para esta enfermedad. La mayoría de ellos deben su utilidad a su capacidad para compensar la falta de dopamina, característica de la enfermedad.
El fármaco más eficaz es la levodopa, que es transformada en dopamina por el propio organismo. Otros fármacos útiles son los denominados agonistas dopaminérgicos, que estimulan directamente los receptores dopaminérgicos. Entre ellos se encuentran el pramipexol, ropirinol, cabergolida, bromocriptina, lisurida, apomorfina, rasagilina, pergolida y otros.

· Se administra Dopamina, con esto se mejora la coordinación de movimientos, se suele asociar con otros fármacos agonistas dopaminérgicos (Carbidopa).



· La amantadina se utiliza para tratar el temblor.



· Tienen que tratarse también otros problemas médicos generales. A veces se asocian antihistamínicos, antidepresivos, bromocriptina, IMAO, y otros medicamentos para tratar otros síntomas.



En cada caso el tratamiento farmacológico será individualizado, todo depende de las características del paciente y los síntomas predominantes en cada caso. El enfermo tendría que hacer ejercicio físico. Haciendo ejercicio es la única manera de poder valerse por sí mismo, así como el soporte y tratamiento psicológico de la situación.
Existen también fármacos útiles para el tratamiento de las diversas manifestaciones clínicas de la enfermedad

La Enfermedad de Alzheimer

Es un trastorno grave, degenerativo, producido por la pérdida gradual de neuronas cerebrales, cuya causa no es del todo conocida. Se trata de una enfermedad muy rara en los pacientes jóvenes, ocasional en los de mediana edad y más frecuente a medida que se cumplen años.
La enfermedad afecta a las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Aunque cada día se sabe más sobre la enfermedad, todavía se desconoce la causa exacta de la misma y hoy por hoy
no se dispone de un tratamiento eficaz.

La demencia es un trastorno cerebral que afecta seriamente a la habilidad de una persona para llevar a cabo sus actividades diarias. Es una deficiencia en la memoria de corto plazo -se olvidan las cosas que acaban de suceder- y a largo -se eliminan los recuerdos-, asociada con problemas del pensamiento, del juicio y otros trastornos de la función cerebral y cambios en la personalidad.

Los síntomas de la demencia incluyen la incapacidad para aprender nueva información y para recordar cosas que se sabían en el pasado; problemas para hablar y expresarse con claridad, o para llevar a cabo actividades motoras o para reconocer objetos. Los pacientes, además, pueden sufrir un cambio en su personalidad y pueden tener dificultades para trabajar o llevar a cabo las actividades habituales. En ocasiones pueden presentar síntomas similares a la depresión (como tristeza o problemas de adaptación) o a la ansiedad.
Existen causas reversibles de demencia como la fiebre alta, la deshidratación, los déficits vitamínicos, la mala nutrición, reacciones adversas a fármacos, problemas con la glándula tiroidea o traumatismos cerebrales leves. El reconocimiento de estas causas y su tratamiento puede mejorar la situación del enfermo, pudiendo retornar a su situación previa tras curar el proceso que ha provocado las alteraciones.
Sin embargo, en la mayoría de los casos la demencia no es reversible. Las causas más frecuentes de demencia irreversible son el mal de Alzheimer y otras enfermedades como la enfermedad de Parkinson o la demencia por cuerpos de Lewy, que forman el grupo de demencias degenerativas. Las demencias de causa vascular son las segundas en importancia en los países occidentales, y las primeras en algunos países orientales como Japón. Este tipo de demencia se produce por lesiones en los vasos que irrigan el cerebro, bien por infartos cerebrales múltiples, o por hemorragias, o por disminución de la sangre que llega al cerebro. Con frecuencia los pacientes tienen una demencia 'mixta', es decir que tienen una enfermedad degenerativa y una afectación cerebro vascular.

La demencia se está convirtiendo en uno de los problemas sanitarios más importantes de nuestra sociedad, cada vez más anciana. La frecuencia de la demencia se duplica cada cinco años, a partir de los 65 años, y se estima que más del 30% de los pacientes mayores de 85 años tienen demencia. Muchos de estos pacientes tienen una demencia tipo Alzheimer.
Históricamente el término enfermedad de Alzheimer se aplicó a la demencia progresiva que se desarrollaba en la edad media de la vida, antes de la etapa senil. Por el contrario, se denominaba demencia senil a la que aparecía en las etapas avanzadas de la vida. Con el tiempo se fue demostrando que ambos procesos eran el mismo, independientemente de la edad de aparición.

Los 10 signos de alarma de la enfermedad de Alzheimer
  1. Pérdida de memoria que afecta a la capacidad laboral.
  2. Dificultad para llevar a cabo tareas familiares.
  3. Problemas con el lenguaje.
  4. Desorientación en tiempo y lugar.
  5. Juicio pobre o disminuido.
  6. Problemas con el pensamiento abstracto.
  7. Cosas colocadas en lugares erróneos.
  8. Cambios en el humor o en el comportamiento.
  9. Cambios en la personalidad. Pérdida de iniciativa.
  10. Pérdidad de iniciativa

La Diabetes


La diabetes se ha convertido en una de las enfermedades más comunes en las personas ancianas. Si bien no se dispone de cifras precisas, los datos señalan un porcentaje que se acerca al 20% de la población de más de 65 años en las sociedades occidentales.

Los principios básicos del diagnóstico y tratamiento de la diabetes son los mismos para los ancianos que para los jóvenes, pero existen características y problemas especiales vinculados con esta enfermedad en los gerontes, que justifican que se le preste mayor atención

Síntomas


El síntoma típico de la diabetes grave es la sed, producida por la deshidratación que provoca la hiperglucemia. La poliuria (aumento de la cantidad de orina) acompaña al síntoma mencionado y debe ser diferenciada de los cuadros provocados por hipertrofia prostática y de la cistitis.
Otros elementos de diagnóstico clínico son: fatiga, debilidad muscular, prurito vulvar, micosis genitales, tendencia a la infección de heridas y a la obesidad, polifagia (aumento del apetito).

Tratamiento
El tratamiento se basa en: dieta, medicación (insulina o antidiabéticos orales) y medidas higiénico-preventivas

Vejez y Sexualidad


¿Qué es la sexualidad?

- La sexualidad no se reduce a “coito”, sino que es algo más amplio (puede incluir o no coito).

- Se trata de disfrutar del placer del contacto con el otro, la comunicación, la seguridad emocional que nos da sentirnos queridos.

- Es hablar, tocarse, acariciarse, abrazarse, masajearse, expresar sentimientos, enamorarse, amarse... sin imponerse metas como el coito. Sólo así podrán disfrutar e incluso descubrir la cantidad de posibilidades de cada uno, de dar y recibir placer.

- Todo esto son cosas que no se deterioran con la edad!

Vejez y Sexualidad



¿Importancia de la sexualidad en la tercera edad?

La sexualidad en la tercera edad tiene cada vez más importancia por muchas razones:

- Cada vez es mayor el número de personas mayores de 65 años

- Hay una mayor esperanza de vida (promedio de 70 años). En el siglo X, por ejemplo, era de 25 y en 1990, de 80. Y es mayor en la mujer que en el hombre, lo cual supone un desequilibrio a favor de los hombres y mayores problemas para las mujeres a la hora de encontrar pareja. Por tanto, es un período largo de la vida que hay que disfrutar.

- La afectividad y la sexualidad son parte de la persona, necesarias para cualquier grupo de edad. Así como hay necesidades económicas y sociales, también están las afectivo-sexuales. Lo que podría ser un etapa libre de preocupaciones económicas y llena de tiempo para actividades de ocio, puede ser para algunos una época de problemas y soledad porque no tienen estas necesidades cubiertas. Todos necesitamos apoyo emocional.

Nutrición de las Personas Mayores


Modificar hábitos alimentarios en las personas mayores es sumamente dificultoso, porque se acarrean durante años. El cambio debe ser gradual, para que el incumplimiento de las prescripciones dietéticas no sea una constante.
Se considerará cada caso en particular teniéndose en cuenta:
Los ancianos suelen cumplir tan estrictamente las indicaciones de los facultativos que retiran definitivamente de la dieta algunos alimentos.
Influyen también en este punto las creencias populares arraigadas de generación en generación. (Ej.: la carne produce reuma, la sal es mala, el huevo hace mal al hígado, etc.).
Valorar el estado psíquico de cada paciente, el grado de dependencia y el apoyo familiar que recibe.
Considerar si en el medio en que vive se pueden adquirir los alimentos indicados, lo complejo de la preparación y las condiciones económicas para adquirirlos.
El estado nutricional del paciente en cuestión puede estar alterado por las restricciones alimentarias que imponen:
Enfermedades crónicas (orgánicas y psíquicas).
Anorexia o hiporexia (falta o disminución del apetito).
Disminución del sentido del gusto.
Disminución del tono de los músculos masticatorios.
Encías inflamadas, ausencia de piezas dentarias o prótesis mal adaptadas.
Disminución del poder adquisitivo.
En los gerontes el metabolismo basal se haya disminuido y la actividad física es mínima, lo que implica un menor requerimiento calórico que en el adulto joven. De acuerdo con el Dr. Pupi, entre los 80 y 85 años no se requieren más de 1.600 calorías como promedio por día.

Nutricion de los Ancianos


Otros componentes de la dieta

Fibras: Están contenidas en las verduras y frutas. Actúan estimulando el movimiento intestinal tan necesario en las personas mayores, por su tendencia a la constipación.

Vitaminas y Minerales: Una dieta adecuada provee la totalidad de vitaminas y minerales que necesita el organismo, sin embargo en la vejez hay tendencia a la descalcificación ósea y al déficit vitamínico B.

Agua: El agua es muy poco atractiva para los ancianos, generándose cuadros de deshidratación desde leves hasta severos. El cuidador prestará particular atención a la cantidad total de líquidos que incorpora el anciano diariamente (2 litros en invierno y 3 litros en verano aproximadamente) y recurrir a la imaginación (licuados, tés, jugos de fruta) para que resulten aceptados sin demasiadas objeciones.
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